Recientemente el lactante de 11 meses de edad, Matías Rubiel Ávila Góngora fue dado de alta en el hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, quien permaneció ingresado en la institución poco después de su nacimiento, tras presentar una Hidrocefalia Obstructiva.
Según reseña el perfil institucional del centro hospitalario por esta causa requirió la colocación de una derivación (válvula) en el sistema nervioso. Este caso constituye un ejemplo de perseverancia por la vida, pues el pequeño paciente, pese a su corta edad, libró una larga lucha contra la adversidad que incluyó nueve intervenciones quirúrgicas.
Tal resultado fue posible gracias al trabajo incansable y dedicado del equipo multidisciplinario que lo atendió, integrado por neonatólogos, neurocirujanos, intensivistas, enfermeros y otros especialistas. Con alegría el colectivo médico lo despidió hacia su hogar, junto a su familia, lleno de vida y con una sonrisa que lo ilumina todo.
Este caso constituye un ejemplo e inspiración para los profesionales dedicados a la pediatría. “Su alta hospitalaria es un triunfo de la perseverancia y la confianza de sus padres y demás familiares en el Sistema de Salud Pública Holguinero”, refiere la publicación.
La hidrocefalia obstructiva, también conocida como hidrocefalia no comunicante, es una condición médica en la que hay una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los ventrículos del cerebro, debido a una obstrucción en el flujo normal del LCR.
Esta obstrucción puede ocurrir en diferentes puntos del sistema ventricular, que son los espacios dentro del cerebro donde circula el líquido. Entre las causas más conocidas de esta condición médica sobresalen las malformaciones congénitas, infecciones como la meningitis, lesiones en la cabeza que afectan el sistema ventricular.
Los síntomas de la hidrocefalia obstructiva pueden variar según la edad del paciente y la gravedad de la condición, pero en la mayoría de los casos pueden incluir en bebés aumento del tamaño de la cabeza, dolores de cabeza, problemas de equilibrio y coordinación, dificultades cognitivas o de desarrollo, náuseas, vómitos y cambios en la visión.
El tratamiento para la hidrocefalia obstructiva generalmente implica cirugía para aliviar la obstrucción y permitir que el líquido fluya adecuadamente. Esto puede incluir la colocación de una derivación que drena el exceso de LCR a otra parte del cuerpo donde puede ser absorbido.