La pediculosis se describe como una infestación de las partes del cuerpo con vello o pelo, así como de la ropa, con huevos o larvas de piojos, al igual que con piojos adultos. En las etapas larvarias estos insectos se alimentan de sangre humana, provocando gran picazón. Los piojos de la cabeza están normalmente localizados en el cuero cabelludo, los púbicos en la zona del pubis y los piojos corporales a lo largo de las costuras de la ropa. Estos últimos van a la piel para alimentarse y luego regresan a la ropa.
La transmisión de tales ectoparásitos se produce por contacto directo con una persona infestada, también a partir del intercambio de ropa, peines o cepillos de pelo. La pediculosis púbica suele transmitirse a través del contacto sexual.
En todos estos casos, independientemente del tratamiento, es necesario adoptar medidas de higiene y autocuidado, entre ellas asegurarse de la eliminación de todos los huevos, las larvas o liendres y comprobar que no haya piojos en las prendas de vestir, los objetos personales y los muebles. Es importante siempre lavar la ropa, incluyendo la ropa de cama, las gorras o sombreros y los peluches en el caso de los niños.
Por supuesto, las plantas medicinales pueden ser de utilidad para tratar la pediculosis. Especies como el mamey de Santo Domingo o Mammea americana y el tabaco o Nicotiana tabacum tienen documentado su uso tradicional y existen algunas evidencias que respaldan su aplicación en estos casos, tal como se plantea en la tercera edición de la Farmacopea Vegetal Caribeña.
El mamey de Santo Domingo
Es también conocido en Cuba como mamey amarillo o simplemente mamey. Esta especie no es la Pouteria mammosa, que es denominada mamey colorado, mamey zapote o zapote. Son dos árboles frutales diferentes.
Según Roig el mamey de Santo Domingo es originario de las Antillas y aparentemente fue introducido en Cuba, donde se cultiva extensamente en el país aunque no es muy abundante en parte alguna. Su fruto es un alimento de uso humano relativamente extendido.
Para el tratamiento de los piojos, se utiliza el polvo rallado de la semilla sin cáscara, a razón de diez cucharaditas en cinco litros de agua. Esta mezcla se deja macerar por dos horas y se agrega una cucharadita de jabón. Luego este preparado se emplea para lavar la cabeza y se fricciona el cuero cabelludo, con el objetivo de eliminar estos molestos parásitos.
El tabaco
Es una planta es bien conocida en Cuba por su uso en la industria tabacalera y, aunque proviene de América del Sur, su introducción en el país antecede los tiempos de la conquista. Según Roig es cultivado actualmente en las regiones templadas y tropicales de todo el mundo. En Cuba, aunque escapado del cultivo en las zonas tabacaleras, no se encuentra silvestre en parte alguna.
Del tabaco se emplean las hojas secas para el tratamiento de la pediculosis. Con este fin se recomienda preparar una infusión o decocción, empleando una cantidad de entre dos y cuatro hojas secas en un litro de agua. En caso de decocción se debe hervir durante diez minutos en un recipiente tapado y para la infusión se vierte un litro de agua hirviendo en aquel que contiene el material vegetal y se tapa. En ambos casos se recomienda esperar durante 5 minutos, enfriar y filtrar la preparación. Se aplica y fricciona el cuero cabelludo con cualquiera de estas formulaciones y se enjuaga el cabello luego de 3 horas. El tratamiento debe aplicarse por dos o tres días y repetir a la semana.
Hay que tomar en cuenta que más que el mamey de Santo Domingo cuyo uso es bastante seguro, el tabaco es una planta que puede resultar tóxica, por lo que debe emplearse con cuidado. Siempre vale recordar que la seguridad del uso de ambas plantas no ha sido bien demostrada en niños, mujeres embarazadas o durante la lactancia. Aunque sus extractos acuosos por vía tópica no han mostrado ser tóxicos sí se conoce, en el caso del tabaco, que la hoja fresca puede provocar dermatitis e hipersensibilidad cutánea, al igual que otras manifestaciones como náuseas, vómitos, debilidad y vértigos.
Una higiene adecuada y el uso correcto de estas dos plantas medicinales, constituyen opciones que desde la casa pueden ser empleadas para combatir los molestos piojos y otros tipos de pediculosis. Recuerde que hacer un uso responsable de las plantas medicinales constituye sin dudas una opción para cuidar la salud, en este caso de la piel y el cuero cabelludo… ¡desde lo natural!