El enfoque en terapias de grupo permite que los niños interactúen entre sí, lo que fomenta habilidades sociales y les ayuda a sentirse más incluidos.
Además, estas terapias pueden incluir la participación de familiares, lo que fortalece el apoyo emocional y social que reciben los niños.
Este tipo de iniciativas son fundamentales para mejorar la calidad de vida de los niños con necesidades educativas especiales y para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la inclusión y el apoyo a este grupo vulnerable.