Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.
Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.
Esta celebración proporciona una oportunidad especial para reorientar nuestras energías colectivas en abordar este problema fundamental. El cambio cultural de actitudes hacia la enfermedad mental y el comportamiento suicida requiere que las fuerzas que influyen en las normas comunitarias tengan conocimientos y preparación científica sobre el tema y que se involucren la mayor cantidad posible de actores de la comunidad durante un período prolongado de tiempo.