Tesoro de los remedios del alma llamaban en Egipto a las bibliotecas, centros de ilustración que nos permiten acercarnos a gran parte del conocimiento acumulado por la humanidad.
Los escenarios han cambiado, nuevos retos se imponen para este profesional. Es necesario fortalecer ideas que generen un sector más sólido y unido para impulsar sociedades alfabetizadas, informadas y participativas. Precisamos de profesionales comprometidos con el acceso libre y equitativo a la información y al conocimiento, enfocados en el servicio a las comunidades, líderes en la alfabetización digital e informacional, en el aprendizaje y la lectura.
Los bibliotecarios cubanos suman a su tradicional trabajo una amplia labor de extensión cultural. Ellos llegan, con el libro y la literatura, a distantes zonas de la geografía cubana, así como a escuelas, barrios, centros penitenciarios, entre otros espacios. Las bibliotecas públicas cubanas acogen también talleres literarios; organizan círculos de lectura en las escuelas; y diversas tertulias sobre el libro y sus autores.
Junto a cada investigador, estudiante, o creador siempre está el bibliotecario. Ellos ofrecen el consejo certero y oportuno. Con su labor, callada pero precisa, también se difunde y conserva la cultura cubana.
Felicitamos a todos los trabajadores de las ciencias de la información que, con su labor, preservan el patrimonio bibliográfico, difunden y conservan la cultura y la ciencia médica cubana.