
Las arbovirosis dominan el escenario epidemiológico actual en la provincia de Holguín. A predominio del dengue y el Chikungunya, preocupa sobremanera a muchas personas la manifestación dolorosa en las articulaciones, unida al comportamiento de estos virus en la piel, pues se estima que entre el 40 y el 80 por ciento de las personas infectadas pueden presentar manifestaciones cutáneas.
Referido a este último aspecto es importante entender los diversos daños que pueden dejar en el órgano más extenso del cuerpo, considerada la primera línea de defensa.
De acuerdo con la doctora Zobeira Aguirre Ulloa, especialista en Dermatología del Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñiguez Landín, “muchas arbovirosis se manifiestan con exantemas, los cuales consisten en erupciones cutáneas. Dentro de los mismos se pueden encontrar lesiones maculosas (manchas rojas planas), pápulas (pequeñas elevaciones sólidas), vesículas (pequeñas ampollas llenas de líquido), y, en casos más severos, ampollas de mayor tamaño”.
La apariencia de la erupción, su distribución en el cuerpo y los síntomas asociados, como la picazón, pueden variar según la arbovirosis específica y la respuesta individual del paciente. Por eso, es fundamental una evaluación dermatológica para determinar el tipo de lesión y el tratamiento adecuado. Generalmente, estas manifestaciones desaparecen, pero muchas pueden convertirse en secuelas.
En cuanto al tratamiento, la dermatóloga advierte que el tratamiento se adapta a las características de la lesión, por ejemplo, para las lesiones que pican o son leves, lo recomendable es la loción de calamina, capaz de secar y refrescar la piel. Además se pueden aplicar fomentos de medicina natural y tradicional a base de manzanilla, por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias. Para otros casos, se utilizan medicamentos tópicos, en correspondencia con la evaluación del especialista que lo atiende.
Siempre que sea posible se debe evitar rascarse, lo cual puede empeorar la irritación y aumentar el riesgo de infecciones secundarias. En casos más severos, se puede requerir el uso de antihistamínicos orales o corticoides tópicos, siempre bajo supervisión médica.
En casos donde las lesiones resulten atípicas, por ser muy extensas, dolorosas, presentar ampollas grandes o asociarse con otros síntomas como fiebre alta. Si la piel presenta signos de infección, como pus, aumento de dolor, enrojecimiento, calor o si persisten síntomas como la picazón o el malestar en la piel que no mejoren con los tratamientos iniciales se debe se debe buscar ayuda especializada cuánto antes.


