
El llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la reciente celebración del Día Mundial de la Salud, celebrado cada 7 de abril, se hizo evidente mediante el lema “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”, como una manera de garantizar un nacimiento seguro y desarrollo saludable de los más pequeños.
Para cumplir con ese propósito Cuba desde hace más de seis décadas prioriza los recursos humanos y materiales destinados al Programa de Atención Materno Infantil (PAMI). En el caso de la provincia de Holguín la reciente celebración del Taller Nacional de Neonatología, en el Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin se ubica como un claro ejemplo de la voluntad de brindar una mejor atención, más especializada a los recién nacidos.
Según explicara en la ocasión la doctora Catherine Chibás Pérez, jefa del Departamento del PAMI del Ministerio de Salud Pública (Minsap), este territorio nororiental es pionero en establecer en Cuba la hemodinamia del neonato de riesgo, basada en una evaluación integral del recién nacido pretérmino o con restricción del crecimiento, desde el punto de vista neonatal. De manera que este taller le permitió a los especialistas en Neonatología saber cómo manejar de forma previsora las complicaciones que pueden surgir, relacionadas con las condiciones en las que nace el niño.
La provincia de Holguín ha demostrado cómo se pueden obtener resultados satisfactorios en esta área que tributa directamente a la calidad de vida y supervivencia del niño con restricción del crecimiento y prematuridad. Este importante evento reunió en Holguín a expertos y a residentes en Neonatología de casi la totalidad de las provincias del país por exhibir este territorio una alta supervivencia en la prematuridad. Según reconoció la funcionaria del Minsap, “en comparación con otras provincias, la supervivencia alcanzada por Holguín y Sancti Spíritus son las más altas, de ahí que la intención fue extender las experiencias al resto del país para mejorar la calidad de vida, con el empleo de ultrasonidos tanto de mayor resolutividad, como de más baja calidad de imagen”.
En la actualidad Cuba se enfrenta a una disminución marcada de la natalidad, tanto así que durante el año 2024 se registraron 19 mil nacidos vivos menos, con respecto a igual periodo del año que lo antecedió y en el primer trimestre del 2025 se redujeron en cuatro mil 400 los alumbramientos, en relación con el mismo trimestre del 2024.
Esta problemática, de conjunto con el importante proceso demográfico de envejecimiento poblacional presente junto a la diminución de la población en edad fértil y la tendencia al movimiento de la gestación hacia las edades extremas de la vida, plantean un complejo reto sanitario y social para La Mayor de las Antillas. Lo ideal es que las féminas lleguen al embarazo lo más saludables posibles y compensadas de sus enfermedades de base, solo así será posible reducir las mortalidades materna e infantil y reducir el bajo peso al nacer.
En los últimos años tres agencias internacionales colaboran en estrecha relación con Cuba, enfocadas en mejorar la atención materna e infantil: El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva (UNFPA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).