
Si bien la realidad cubana relacionada con las drogas es distinta a la de otros países, el aumento del consumo de este tipo de sustancias en los últimos años preocupa sobremanera tanto a autoridades sanitarias como a la población en general, aún más si está asociada a adolescentes y jóvenes, sectores más vulnerables a ese flagelo.
Pese a la voluntad gubernamental en Cuba de llevar adelante acciones sostenidas para la eliminación de las drogas con una posición de tolerancia cero, lamentablemente estas persisten.
De acuerdo con la psiquiatra Mayra Góngora Herce, Máster en Salud Mental Comunitaria y Presidenta del Capítulo Holguín de Psiquiatría, “la las adicciones creo es una de las situaciones que realmente estamos afrontando, manejando y tratando de llevar información a la familia para que aprenda y maneje estas situaciones. Contamos con un grupo en nuestro Centro Comunitario de Salud Mental, donde trabajamos no solamente con el paciente, sino también con la familia, para que esta última conozca y ayude a manejarlo”.
El consumo de drogas está considerado una problemática global, con graves repercusiones en la salud y bienestar de las personas. De ahí el abordaje integral que demanda el tema, en ese sentido, la también Coordinadora de la maestría de Salud Mental Comunitaria refirió que “En el área científica y académica además se tutoran tesis y preparamos intervenciones educativas para instruir a las parejas de estos jóvenes adictos. En consulta predominan los adictos a los cannabinoides sintéticos, lo cual hace más difícil al joven manejar la enfermedad que a la persona que lleva mucho tiempo”.
“En una ocasión un paciente preguntaba si era mucho más fácil dejar el alcoholismo y el tabaquismo que la droga y resulta que el daño del alcohol generalmente cuando se comienza a consumir poco a poco y se va aumentando comienza a aparecer luego de varios años, igual que el cigarro y el daño se ve paulatinamente. Sin embargo, en los casos que estamos viendo con estos muchachos jóvenes, sin experiencia ninguna, las consecuencias son mucho más rápidas, tanto psicológicas, biológicas, familiares, sociales como legales”.
En la provincia de Holguín existe una estrategia priorizada donde participa el sector sanitario y abarca desde la promoción y prevención de salud, hasta el tratamiento y la rehabilitación de las personas afectadas, en especial de los adolescentes, de ahí la labor multisectorial, entre el Ministerio de Educación, los Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas, con otras organizaciones políticas.
Para cumplir con este propósito todas las áreas de salud disponen del recurso humano necesario para tratar a aquellos jóvenes, ya sean consumidores o quienes constituyen un riesgo. También se desarrollan reuniones de trabajo intersectoriales donde participan los jefes de equipos de salud mental, se evalúa cada caso y se le asignan acciones a los sectores. Además cada municipio cuenta con equipos de salud mental y coordinadores para la atención a los pacientes de cada localidad.
La estrategia llega hasta los centros escolares, allí se desarrollan escuelas de padres y actividades de capacitación al claustro, directivos y promotores estudiantiles, pues son estos últimos quienes están más en contacto con sus compañeros, con el fin de crear actitudes de rechazo ante el consumo.
El consumo de drogas genera diferentes efectos en el sistema nervioso, alterando el rendimiento físico, la percepción, el estado anímico y la conducta, por eso en lo relacionado con este tema la familia, como ente más cercano en el día a día con los afectados desempeña un rol esencial en la identificación de un cambio de comportamiento que haga sospechar el uso de drogas. No obstante, es un error frecuente la baja percepción del riesgo de los padres sobre el consumo en sus hijos. Reconocer su existencia y comenzar a actuar en consecuencia es la primera acción que contribuirá a erradicar este problema.


