
La lepra es una enfermedad que reporta anualmente nuevos casos en Holguín y en toda Cuba, un comportamiento que implica la necesidad de un control efectivo, para cumplir con el propósito de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de lograr su erradicación para el año 2030.
Si bien en Holguín durante el pasado año se redujo en un 57 por ciento los casos de lepra, en relación con el año anterior, siendo los municipios que aportaron casos Holguín, Urbano Noris y Moa se presume que exista una morbilidad oculta que hoy resta por identificar en la población de riesgo y en los contactos de casos confirmados, con especial énfasis en la Atención Primaria de Salud (APS) para lograr efectividad en cortar su cadena de transmisión.
Tal y como explica la doctora Yunieski Cruz González, responsable del Programa Provincial de lepra en Holguín “el 2024 fue el año de menor detección de casos nuevos en los últimos cinco años. En el país, todos los años, todas las provincias aportan casos a la incidencia. Nosotros estamos por debajo de la media nacional. Es por eso la intención de este año trabajar estrategias diferentes que nos permitan detectar estos casos que hoy tenemos en la comunidad, fundamentalmente en estos grupos de riesgo, contactos de casos confirmados y población de riesgo identificados”.
“A punto de partida de los casos que hemos confirmado en estos últimos cinco años, para nosotros poder visibilizar, diagnosticar de forma oportuna a estos pacientes, no tener morbilidad oculta o minimizarla al máximo y poder cortar la cadena de transmisión”.
“Nosotros normalmente debemos de tener una endemia y esa endemia tenemos que buscarla, tenemos que trabajarla de forma diferenciada en estas zonas de silencio operacional, como se dice desde el punto de vista epidemiológico, para nosotros poder cortar las cadenas de transmisión y llegar al 2030 con lepra cero en la provincia”.
Esta es una enfermedad infecciosa crónica que afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos, además de algunas otras estructuras. Las principales manifestaciones clínicas se localizan como lesiones en la piel, generalmente manchas blanquecinas, aunque también se pueden tornar de otra coloración, con cambios en la sensibilidad.
Incluso pueden aparecer nódulos a nivel de las diferentes partes del cuerpo, engrosamiento de los nervios, de los auriculares mayores, el radial, la caída de la cola de la ceja, pérdida del vello a nivel de los miembros superiores e inferiores.
En cuanto a las acciones trazadas en la provincia para alcanzar un mayor control de esta enfermedad, refiere la también especialista en primer grado en Higiene y Epidemiología que “La provincia en el presente año desarrollará un grupo de acciones en función de controlar mejor esta enfermedad y para dar mayor visibilidad al trabajo que debemos desarrollar en estos próximos cinco años para cumplir con la concepción de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de cero lepra para el año 2030”.
“Dentro de las principales acciones a desarrollar en la provincia en función de este propósito se encuentran revitalizar la vigilancia clínico-epidemiológica en toda la población de riesgo y perfeccionar en las áreas de salud el registro de casos sospechosos, así como las acciones de seguimiento y control de los contactos de casos, explicó además.
“Rediseñaremos nuevas estrategias educativas que permitan elevar la percepción de riesgo y el pensamiento clínico epidemiológico de esta enfermedad. También queremos fortalecer el trabajo de las enfermeras encuestadoras a nivel de la Atención Primaria de Salud en la ejecución del programa y de la Comisión Técnica Asesora Provincial”, concluyó.
En Cuba el Programa Nacional de Vigilancia y Control para la Lepra vela por tratar oportunamente a los enfermos y por la seguridad de los grupos de riesgo, para ello los provee gratuitamente de un tratamiento que abarca desde seis meses hasta un año.