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¿Cómo comportarnos en las instituciones de salud?

Institución de salud en Holguín

Acorde a la lógica, nadie desea acudir injustificadamente a institución sanitaria alguna, sino por cuestión de necesidad. No obstante, todos o casi todos en algún momento de la vida tenemos que hacerlo, de ahí que si bien como usuarios de un sensible servicio exigimos una atención médica de calidad, igualmente estamos en la obligación de comportarnos de forma adecuada.

La manera en que un centro hospitalario gane en organización de sus servicios estará garantizando un óptimo funcionamiento, cuestión en la que todos, es decir, como población desempeñamos un rol esencial en el logro de esta aspiración, al ser beneficiarios directos por derecho conquistado de nuestro sistema de salud.

Si bien mucho se escucha hablar a diario sobre algún que otro problema en el funcionamiento de determinados servicios asistenciales, pocos se refieren a los inadecuados comportamientos e indisciplinas sociales de quienes se encuentran en la otra cara de la moneda, o sea, aquellos que reciben los servicios de salud, al ser o bien pacientes, familiares, amigos o personas de paso momentáneo por estos centros ante la hospitalización de algún conocido.

En aras de ganar en organización en los diferentes hospitales se han delimitado horarios de visitas en días y horarios fijos, con el cumplimiento de las medidas higiénicas establecidas y el uso obligatorio del nasobuco. Sin embargo, en reiteradas ocasiones estos son incumplidos y en cualquier horario los visitantes trasgreden las normas establecidas e incurren en indisciplinas de todo tipo, con tal de acceder a las salas de hospitalización, lo cual interfiere incluso, con el pase de visita del equipo médico y la correcta evaluación de los pacientes.
También resulta oportuno insistir en que se prohíbe el acceso a menores de 12 años a las visitas en los hospitales para adultos, salvo excepciones autorizadas por el director general de cada institución, ante los riesgos de contraer enfermedades a los que se exponen con tal proceder, por demás irresponsable.

De la misma manera en que a todos nos asiste el derecho de recibir atención médica, visitar o acompañar a los pacientes a los hospitales, es un deber mantener la disciplina, el orden, cumplir con las normas de conducta y convivencia hospitalaria, no emitir ruidos innecesarios, respetar el descanso de  los pacientes y en especial de contribuir a mantener una buena higiene y limpieza. Con énfasis en esto último, pues notables problemas de diverso tipo, con especial detenimiento en la red hidrosanitaria ha causado el actuar irresponsable de una parte de los que acuden a estos centros.

Además, aunque lamentable, también lacera a la educación e instrucción garantizadas por nuestro sistema social con las múltiples oportunidades de continuidad de estudios y superación a disposición de todos, las faltas de respeto, no solo a los profesionales de la salud que trabajan en estas instituciones sino también a los empleados de seguridad y protección contratados para velar por el orden y la disciplina.

Nunca resulta tarde para replantearnos la forma en que nos comportamos no sólo en las unidades asistenciales holguineras, sino de manera general en la sociedad. Hemos de ser consecuentes con nuestros actos para garantizar que esas obras de la salud que se ponen a nuestra disposición, por el bien y beneficio propio de todos, sean perdurables en el tiempo.

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Aylen M. Guerra Cruz
Lic. Ciencias de la Información

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