Aunque muchos piensan que la COVID-19 representa mayor peligro para la salud cuando ocurre el contagio, no es menos cierto que tras haber padecido la enfermedad también pueden aparecer afectaciones importantes en determinados órganos, que de no ser atendidas pueden conllevar hasta a la muerte.

Precisamente, los riñones es uno de los llamados órganos dianas que con cierta frecuencia sufren secuelas a causa de esta pandemia. Científicos cubanos del Instituto de Nefrología “Dr. Abelardo Buch López” informaron en un estudio reciente que es “probable que las lesiones renales adquiridas durante la fase aguda de la enfermedad, potencializadas por la inflamación crónica persistente, pueden progresar de forma lenta y asintomática hacia estadios avanzados de la ERC”.

Para conocer en la provincia de Holguín dónde se concentran los principales daños a los riñones, basado en las experiencias de los nefrólogos que se desempeñan en la práctica médica habitual dialogamos con el doctor Arturo Arjona Torres, especialista de segundo grado en Nefrología y Jefe del Servicio de Hemodiálisis del Hospital General “Vladimir Ilich Lenin”:

¿De qué manera ha afectado la COVID-19 los riñones de los enfermos y convalecientes a corto, mediano o largo plazo?

-“La COVID alcanza una afectación en varios órganos dianas, entre ellos el riñón es uno de los más dañados. Algunos pacientes presentaron agudización de la función renal y se le pudo brindar apoyo nefrológico tanto en el Hospital Militar “Fermín Valdés Domínguez” como en el Hospital Clínico Quirúrgico “Lucía Iñiguez Landín”, instituciones que atendieron la zona roja en el territorio.

En especial cuando enfrentamos la oleada grande de la pandemia tuvimos muchos pacientes con afectación renal. A todos se les brindó atención médica nefrológica y constatamos que algunos presentaron diversos daños. Incluso muchos después de negativizar han acudido a las consultas de la Atención Primaria de Salud con afectaciones. Entre las secuelas más frecuentes detectadas se encuentra la pérdida de proteínas, presencia de hematurias, pérdida de la función renal, elevación de la creatinina e incluso infecciones urinarias a repetición”.

Y en el caso de aquellos pacientes que reciben tratamiento dialítico de manera continua por presentar Enfermedad Renal Crónica, ¿Cómo se garantizó y vela por la continuidad de su tratamiento una vez ingresados en zona roja?

-“Algunos de los pacientes que estaban en plan de diálisis crónica se contagiaron y fueron a zona roja con su tratamiento sustitutivo renal de la forma que habitualmente lo recibían, velando con el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. La gran mayoría de estos pacientes pese a pertenecer a los grupos vulnerables salieron satisfactoriamente de la enfermedad, salvo dos fallecidos que tuvimos que lamentar por complicaciones de la propia COVID; no obstante, siempre se les brindó la atención nefrológica necesaria hasta el fatal desenlace”.

Una de las experiencias más conmovedoras que vivieron los nefrólogos holguineros en el enfrentamiento a esta terrible enfermedad fue la atención a las gestantes y puérperas ingresadas en la maternidad provincial, radicada en el propio hospital Lenin ¿Cómo organizan su trabajo en la atención a estas pacientes para revertir estados graves ocasionados por el virus?

-“Asumimos la compleja misión y a la vez el privilegio de haber atendido la maternidad, allí tuvimos varias pacientes contagiadas. Con la mejor disposición y poniendo en práctica nuestros conocimientos les brindamos atención a varias pacientes maternas. Incluso tuvimos una paciente que recibió 16 hemodiálisis durante todo el embarazo, afortunadamente salió bien de la terapia y se fue de alta con su bebé en brazos”.

En Holguín actualmente varios residentes de Nefrología investigan y procesan datos estadísticos para desde la ciencia contribuir a una atención más oportuna y efectiva a los pacientes con daño renal a causa del Sars Cov-2.