La provincia de Holguín tiene diagnosticados alrededor de 200 niños con la condición de diabetes mellitus tipo uno. Ese fue uno de los motivos esenciales por el cual la especialidad de Endocrinología del hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, de conjunto con el Centro de Atención Integral al Paciente Diabético realizaron la semana de Convivencias con los pacientes de la ciudad capital provincial, para mediante actividades variadas lograr el autocuidado y control de la enfermedad y mejor adhesión al tratamiento, acciones que se traducen en mayor calidad de vida.

A grandes rasgos, la diabetes ocurre cuando el páncreas, una glándula que se encuentra en el abdomen, no produce insulina. Al no producirse esta hormona que traslada la glucosa, el alimento consumido con alta carga de glucosa no llega a los tejidos que debe llegar y en cambio, se acumula en la sangre. Entonces esto provoca una repercusión negativa sobre los órganos diana y las estructuras vasculares, lo cual puede traer serias complicaciones de salud.

De acuerdo con la endocrinóloga y especialista de segundo grado en pediatría, Elena Rodríguez Font, la idea de reunir a los niños con diabetes en una institución donde todos sean diabéticos no es nueva, en el país desde hace muchos años se realiza y en Holguín también se ha realizado en años anteriores, pero a raíz de la pandemia nos vimos imposibilitados de continuar. Ahora decidimos retomarla por la importancia que revierte, a pesar de la situación económica que atraviesa el país, nos dimos la tarea de que sí se podía.

Esta iniciativa les permite que intercambien experiencias y que conozcan cómo convivir con su enfermedad, que se manifiesten como niños normales, pero con ciertas particularidades debido a la condición de ser diabéticos. Como parte de esta semana de Convivencias se les realizó el control de la glicemia, se les dio consultas para constatar su control metabólico, practicaron actividad física donde hicieron ejercicios diarios, se les impartió conferencias sobre nutrición y se les aplicaron encuestas anónimas para conocer las preocupaciones en relación con la enfermedad, para luego propiciar el debate y aclarar dudas.

Para estos niños la diabetes mellitus tipo uno que padecen, muchos desde que tenían meses de nacidos o desde los primeros años no les impide ser felices, que jueguen y lleven una vida con la menor cantidad de limitaciones. Incluso, luego de esta experiencia hasta planificaron actividades por iniciativa de ellos mismos que quieren realizar en un futuro.

Como pilares de tratamiento se les indica la insulina inyectable, por lo general cuatro veces al día en horarios cercanos a las comidas; la dieta; la realización de actividad física y la educación diabetológica. Por eso si las familias velan porque el niño diabético lleve un tratamiento adecuado, logren liberar la insulina cuando comen, el niño puede estar compensado de su enfermedad, con estos parámetros el paciente puede tener una perfecta salud y convivir con esta enfermedad.

Resulta válido agradecer en este sentido, al hospital general universitario Vladimir Ilich Lenin, donde pertenece este centro que apoyó además el espacio físico donde se realizaron las actividades, con el doctor Blass Rubio al frente, quien además con sus conocimientos como diabetólogo ofreció conferencias tanto a niños como a sus familiares, este centro aportó toda la proteína que necesitan estos niños en su dieta, con una alimentación completa. Además el hospital pediátrico también contribuyó con parte de la alimentación ofrecida y la farmacia proporcionó los biosensores empleados en los chequeos de glicemia.

Estas Convivencias pretenden convocarse de manera consecutiva, cada año, en el anhelo de sumar a los niños de los lugares más distantes de la geografía holguinera.