La voluntad de que los adolescentes incorporen a su vida cotidiana una sexualidad responsable va encaminada a prevenir infecciones de transmisión sexual y embarazos en esa etapa de la vida ideal para conocer el amor y no para asumir la responsabilidad de un hijo.

Si bien se ha vuelto natural en los últimos años ver a gestantes adolescentes se debe tomar en cuenta que esta condición supone un riesgo importante para madres e hijos, debido esencialmente a que el organismo no posee la madurez adecuada para asumir este complejo proceso.

Y es que el embarazo en la adolescencia es uno de los indicadores priorizados dentro del Programa de Atención Materno-Infantil, con gran incidencia en el territorio. Por lo tanto constituye un problema de salud a tomar en cuenta porque además de implicar que desde el punto de vista de la madurez aún las adolescentes no están aptas para la maternidad tampoco se pueden obviar las serias consecuencias que puede traer para su salud. En estas últimas destacan las hemorragias, infección urinaria, afecciones placentarias, malnutrición, prematuridad, hipertensión o alteraciones en la presentación y en la posición del feto por el incompleto desarrollo de la pelvis.

Sucede que un embarazo en esta edad exige un nivel de responsabilidad mayor a la madurez que se posee, evidencia de la cada vez más adelantada maduración sexual que lleva a las adolescentes a la búsqueda de relaciones sexuales tempranas, con el inicio de una vida sexual activa, fenómenos que demandan una efectiva actuación de todas las instancias sociales.

El embarazo en la adolescencia trae altos costos emocionales, sociales y financieros y para la salud de madres e hijos, de ahí, la importancia de atender adecuadamente a las adolescentes, por lo que se hace necesario comenzar las acciones relacionadas con la prevención de este problema de salud, a partir de la célula básica de la sociedad, que es la familia.

Las adolescentes se encuentran entre los grupos vulnerables priorizados dentro de un estudio para reducir los riesgos previos a la gestación en mujeres en edad fértil, el cual incluye orientación psicológica, social y familiar.

Si bien en el país se cuenta con equipos multidisciplinarios encargados de la atención a esta problemática psicosocial, en todas las instancias se debe prestar especial atención por las consecuencias nefastas que puede traer además de las de salud ya mencionadas la deserción escolar, trastornos emocionales e inestabilidad en el hogar.