Jóvenes de la Universidad de las Ciencias Médicas de Holguín (UCMHo) rindieron tributo a los ocho estudiantes de Medicina que fueron fusilados injustamente el 27 de noviembre de 1871, al rememorar el tristísimo hecho en acto efectuado en la escalinata de la residencia estudiantil.

A pocas horas de conmemorarse el aniversario 151 de esta barbarie, como ya es tradicional por esta fecha, los estudiantes de la UCMHo, con profundo respeto, rememoraron el suceso, que quedó para la historia como el más injusto y severo castigo cometido contra inocentes jóvenes, acusados de profanar la tumba de Don Gonzalo Castañón, que posteriormente se pudo comprobar que no había ocurrido tal afrenta.

Procesados en juicio sumarísimo, la petición fue de máxima condena para los que supuestamente habían cometido fechorías, sin embargo no bastó esta decisión y escogieron otros tres jóvenes inocentes, que ni siquiera habían estado en el lugar, para también darle fin a sus vidas.

En el acto, ante la presencia de Bárbara Díaz Ramírez, miembro del Buró provincial del Partido, y otros dirigentes de las organizaciones políticas y directivos de la universidad, se realizó el simbólico pase de lista con los nombres de los fusilados, momento de profunda conmoción por la dramaturgia con que los estudiantes de las ciencias médicas holguinera encarnan a cada uno de los jóvenes en ese momento.

Reynaldo Pupo Osorio, vicepresidente del secretariado de la Feu de la UCMHo y estudiante de segundo año de la carrera de Medicina, significó que el abominable hecho reafirmó la cubanía de los nacidos en esta tierra y la convicción de la necesidad de luchar con mayor ahínco por la independencia y soberanía.

Recordó que en igual fecha se conmemora el aniversario 129 de la muerte de Mariana Grajales Cuello, símbolo de la entereza de la mujer cubana y orgullo de la facultad de Ciencias Médicas que lleva su nombre, como también refirió que este 25 de noviembre se cumplen seis años de la partida hacia la eternidad del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien tuviera siempre la claridad meridiana para enfrentarse a la tiranía del sanguinario Fulgencio Batista, hasta lograr el triunfo revolucionario, el sueño de mármol de Martí de fundar la República con todos y para el bien de todos.

“De Fidel aprendimos a convertir los reveses en victorias y que las dificultades no pueden verse como fracaso sino como oportunidades para crecernos”, acotó.