Hay que añadir los episodios de tromboembolia venosa no provocados a la lista de posibles consecuencias de la apnea obstructiva del sueño (AOS) grave.
Esta conclusión se basa en un estudio que muestra que los pacientes con apnea obstructiva del sueño que presentaban los episodios de hipoxemia nocturna más prolongados tenían un riesgo doble de sufrir episodios de tromboembolia venosa.
La asociación entre la hipoxemia nocturna y la tromboembolia venosa fue más fuerte entre los pacientes que no utilizaban sistemas de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), informó el Dr. Wojciech Trzepizur, del Hospital Universitario de Angers, en Francia.
Estudios anteriores han indicado vínculos entre la apnea obstructiva del sueño y el cáncer y el deterioro cognitivo, pero este es el primer estudio en el que se investiga la asociación entre la apnea obstructiva del sueño y la incidencia de tromboembolia venosa no provocada, informó en una sesión de resúmenes orales en el Congreso de la European Respiratory Society (ERS) de 2022.
Crearon modelos de riesgos proporcionales de Cox para evaluar la asociación de la tromboembolia venosa no provocada con las medidas del índice de apnea-hipopnea (IAH) y los marcadores de hipoxemia nocturna, incluido el tiempo que los pacientes pasaron por debajo de 90% de saturación de oxígeno (T90), el índice de desaturación de oxígeno (IDO) y la carga hipóxica, definida como el área total bajo la curva de desaturación relacionada con el episodio respiratorio.
Encontraron que, tras una mediana de seguimiento de 6,3 años, 104 de 7.355 pacientes tuvieron una tromboembolia venosa no provocada. En un modelo de riesgo no ajustado, hubo asociaciones significativas entre la tromboembolia venosa y la saturación de oxígeno por debajo de 90%, así como con la carga hipóxica, pero no con el índice de apnea-hipopnea o el índice de desaturación de oxígeno.