
Desde hace varias jornadas las altas temperaturas forman parte de la vida cotidiana de los holguineros, cuestión sobre la que advierten autoridades de salud en el territorio.
Según declaraciones de la doctora Yanelis Calviño Vega, responsable del Departamento de Vigilancia en Salud de la Dirección General del sector (DGS), “se acerca el verano y con él las temperaturas elevadas por eso llamamos a nuestro pueblo a cumplir una serie de medidas encaminadas a mejorar su estado de salud. Con estas temperaturas tan elevadas hay que protegerse del sol. No estar en zonas expuestas entre las 11.00am y las 4.00pm. Las radiaciones ultravioletas aumentan el riesgo de cáncer de piel. Por tanto, se debe evitar la exposición al sol en esos horarios. Cuando se va a la playa, sobre todo los niños y adultos mayores, no deben recibir directamente las radiaciones solares a esa hora”.
Estas medidas deben ir acompañadas de la ingestión de abundantes líquidos. Salir a la calle con nuestra botellita de agua y a los niños que van a las escuelas sin antes les preparábamos una botellita buscarle una más grande o dos. Tenemos que protegernos con ropas claras, pues los colores oscuros provocan mayor sensación térmica. También se deben ventilar las viviendas, abrir las puertas y ventanas, igual que nuestros locales de estudio y trabajo. Ahora con la situación de la energía eléctrica tenemos que permanecer con las puertas abiertas y ventiladas el mayor tiempo posible, de manera que el daño a nuestra salud sea el menor”, insistió.
Otro elemento a tomar en cuenta es velar por la temperatura adecuada de los alimentos, con el propósito de prevenir brotes de enfermedades digestivas. Al respecto se refiere la también especialista en Higiene y epidemiología que “con las temperaturas elevadas las comidas se descomponen con mayor facilidad, por lo tanto es recomendable cocinar el mismo día en que se van a ingerir los alimentos o de lo contrario cuando lo vayamos a hacer darle el tratamiento térmico que lleva para evitar la proliferación bacteriana”, concluyó.
El límite entre la salud y la enfermedad es imperceptible, basta con que aparezcan las condiciones propicias para causarle perjuicios a la salud y algunas enfermedades ganen terreno. Preservar la salud y la vida, como el bien más preciado debe ser nuestra prioridad.