La resistencia a los antimicrobianos (RAM) pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos.
¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
Como resultado, los medicamentos se vuelven ineficaces y las infecciones persisten en el organismo, lo que incrementa el riesgo de propagación a otras personas.
¿Por qué es motivo de preocupación mundial?
Están apareciendo nuevos mecanismos de resistencia que se propagan a nivel mundial y ponen en peligro nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, con el consiguiente aumento de la discapacidad y las muertes, y la prolongación de la enfermedad.
Sin antimicrobianos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, intervenciones como el trasplante de órganos, la quimioterapia del cáncer, el tratamiento de la diabetes o la cirugÃa mayor (por ejemplo, las cesáreas o las prótesis de cadera) se convertirán en procedimientos de muy alto riesgo.
La RAM aumenta el costo de la atención sanitaria por la mayor duración de las hospitalizaciones y la necesidad de una atención más intensiva.
La RAM está poniendo en riesgo los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Qué factores aceleran la aparición y propagación de la RAM?
La RAM es un fenómeno que aparece de forma natural con el tiempo, generalmente por modificaciones genéticas. Sin embargo, el proceso se ve acelerado por el mal uso y el abuso de los antimicrobianos. En muchos lugares hay un abuso y mal uso de los antibióticos tanto en las personas como en los animales, y es frecuente que se administren sin supervisión de un profesional. Como ejemplos de uso incorrecto se pueden citar su administración para tratar infecciones vÃricas (como los resfriados o la gripe), su uso como estimulantes del crecimiento de animales o para prevenir enfermedades en animales sanos.
Los microbios resistentes a los antimicrobianos están presentes en las personas, los animales y el medio ambiente (agua, suelo y aire). Estos pueden transmitirse de persona a persona o entre las personas y los animales, inclusive a través de la alimentación de origen animal. El mal control de las infecciones, las condiciones sanitarias deficientes y la manipulación inadecuada de los alimentos fomentan la propagación de la RAM.
Situación actual
Resistencia de las bacterias
La resistencia a los antibióticos afecta a todos los paÃses.
Los pacientes con infecciones causadas por bacterias farmacorresistentes corren mayor riesgo de tener peores resultados clÃnicos y morir. Además, consumen más recursos sanitarios que los infectados por cepas no resistentes de las mismas bacterias.
La resistencia de Klebsiella pneumoniae (una bacteria intestinal común que puede causar infecciones potencialmente mortales) al tratamiento utilizado como último recurso (los antibióticos carbapenémicos) se ha propagado a todas las regiones del mundo. K. pneumoniae es una importante causa de infecciones nosocomiales, como la neumonÃa, la sepsis o las infecciones de los recién nacidos y los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos. Debido a la resistencia, en algunos paÃses los antibióticos carbapenémicos ya no son eficaces en más de la mitad de los pacientes con infecciones por K. pneumoniae.
La resistencia de Escherichia coli a una de las clases de medicamentos más utilizadas en el tratamiento de las infecciones urinarias (las fluoroquinolonas) está muy generalizada. En muchas partes del mundo hay paÃses en los que este tratamiento es ineficaz en más de la mitad de los pacientes.
Al menos 10 paÃses (Australia, Austria, Canadá, Eslovenia, Francia, Japón, Noruega, Sudáfrica, Suecia y Reino Unido) han confirmado casos en los que ha fracasado el tratamiento de la gonorrea con el último recurso frente a esta enfermedad: las cefalosporinas de tercera generación.
Para hacer frente a la aparición de resistencia, la OMS ha actualizado recientemente las directrices sobre el tratamiento de la gonorrea. Las nuevas directrices ya no recomiendan las quinolonas (una clase de antibióticos) debido a la generalización de una gran resistencia a ellas. Asimismo se han actualizado las directrices sobre el tratamiento de la clamidiasis y la sÃfilis.
La resistencia a los fármacos de primera lÃnea para el tratamiento de las infecciones por Staphlylococcus aureus (causa frecuente de infecciones graves en los centros sanitarios y en la comunidad) es generalizada. Se calcula que los pacientes con infecciones por S. aureus resistente a la meticilina tienen una probabilidad de morir un 64% mayor que los pacientes con infecciones no resistentes.
La colistina es el último recurso para el tratamiento de infecciones potencialmente mortales por enterobacteriáceas resistentes a los antibióticos carbapenémicos. Recientemente se ha detectado resistencia a la colistina en varios paÃses y regiones, y ello hace que las infecciones por estas bacterias dejen de ser tratables.
Resistencia de la tuberculosis
Según las estimaciones de la OMS, en 2014 hubo unos 480 000 nuevos casos de tuberculosis multirresistente (TB-MR), es decir resistente a los dos antituberculosos más potentes, y solo se detectaron y notificaron aproximadamente un 25% de ellos (123 000). La TB-MR requiere tratamientos mucho más prolongados y menos eficaces, en comparación con la tuberculosis no resistente. En 2014, solo la mitad de los casos mundiales de TB-MR fueron tratados con éxito.
Se calcula que en 2014 un 3,3% de los casos de tuberculosis fueron multirresistentes. La cifra se eleva al 20% en casos ya tratados con anterioridad.
En 105 paÃses se ha identificado la existencia de tuberculosis ultrarresistente, es decir, resistente al menos a cuatro de los principales fármacos antituberculosos. La cifra estimada de casos de TB-MR que son ultrarresistentes es del 9,7%.
Resistencia del paludismo
Hasta julio de 2016 se habÃa confirmado la resistencia al tratamiento de primera lÃnea contra el paludismo por Plasmodium falciparum (tratamientos combinados basados en la artemisinina: TCA) en cinco paÃses de la subregión del Gran Mekong (Camboya, Myanmar, República Popular Democrática Lao, Tailandia y Viet Nam). En la mayorÃa de los lugares los pacientes con infecciones resistentes a la artemisinina se recuperan totalmente cuando reciben un TCA que contenga otro fármaco eficaz. No obstante, en la frontera entre Camboya y Tailandia, P. falciparum se ha vuelto resistente a casi todos los antipalúdicos, lo cual dificulta enormemente el tratamiento y requiere una estrecha vigilancia. Hay un verdadero riesgo de que la multirresistencia aparezca pronto en otras zonas de la subregión. La propagación de cepas resistentes a otras partes del mundo podrÃa suponer un gran reto para la salud pública y poner en peligro los avances recientes en el control del paludismo.
Los cinco paÃses mencionados y China han avalado la Estrategia OMS para la eliminación del paludismo en la subregión del Gran Mekong.
Resistencia del VIH
Se calcula que en 2010 el 7% de las personas que iniciaron un tratamiento antirretrovÃrico (TAR) en los paÃses en desarrollo tenÃan VIH farmacorresistente. En los paÃses desarrollados la cifra era del 10-20%. Recientemente, algunos paÃses han comunicado tasas de resistencia del 15% o más en quienes comienzan el tratamiento contra el VIH, y de hasta un 40% en quienes lo reinician. Es urgente que se preste atención a este problema.
El aumento de la resistencia tiene importantes repercusiones económicas, dado que los fármacos de segunda y tercera lÃnea son, respectivamente, 3 y 18 veces más caros que los de primera lÃnea.
Desde septiembre de 2015, la OMS recomienda que todos los pacientes con VIH sean tratados con antirretrovÃricos. Se prevé que el aumento del uso de estos fármacos aumente la resistencia a ellos en todas las regiones del mundo. Para mantener la eficacia a largo plazo de los TAR de primera lÃnea es esencial que se siga vigilando la resistencia y se reduzca al mÃnimo su aparición y propagación. En consulta con los paÃses, los asociados y otros interesados, la OMS está elaborando un nuevo Plan de acción mundial sobre la farmacorresistencia del VIH (2017-2021).
Resistencia de la gripe
Los antivÃricos son importantes para el tratamiento de la gripe epidémica y pandémica. En la actualidad, prácticamente todos los virus de la gripe A circulantes en el ser humano son resistentes a los inhibidores M2 (amantadina y rimantadina). En cambio, la frecuencia de la resistencia al oseltamivir, un inhibidor de la neuraminidasa, sigue siendo baja (1-2%). La sensibilidad a los antivÃricos es vigilada constantemente por el Sistema Mundial OMS de Vigilancia y Respuesta a la Gripe.