Luego de casi una década de iniciar en Holguín la proliferación del mosquito Aedes Aegypti, este vector ha colonizado el medio y se ha adaptado a los cambios de temperatura para garantizar su proliferación y con ella la permanencia en el escenario epidemiológico de las enfermedades que trasmite.
De acuerdo con la doctora Yanelis Calviño Vega, quien se desempeña como Jefa del Departamento de Vigilancia en salud en la Dirección Provincial de Salud (DPS), “Estamos en un momento complejo porque durante los meses de septiembre, octubre, noviembre por la ecología del vector, ante la aparición de lluvias esporádicas y el comportamiento durante los últimos meses de temperaturas muy elevadas, cuando en años anteriores en septiembre las temperaturas dejan de ser tan elevadas empiezan a ser los días más cálidos, todo esto ha provocado que el mosquito acorte su ciclo de vida y en vez de convertirse en mosquito adulto en siete días, ocurra en menor tiempo. De ahí la percepción de una gran cantidad de mosquitos.
Como en Holguín y Cuba no estamos exentos de lo que acontece a nivel global, un año en el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre una epidemia grande de Dengue”.
Ante este comportamiento resulta importante que ante la aparición de síntomas como fiebre, malestar general, dolor retroorbitario hay que acudir al médico. Si bien el Dengue no es la única enfermedad que causa esta sintomatología, de ahí la necesidad de acudir al personal de salud para determinar. En este sentido la también especialista en Higiene y epidemiología advierte que “desde julio del año pasado los casos que cumplen determinados requisitos se ingresan en el hogar, principio que debe velar que el enfermo haga reposo, tome abundantes líquidos y se vigilen los signos de alarma, entre ellos que el enfermo se muestre muy intranquilo, somnoliento, presencia de dolor abdominal, diarreas o caída brusca de la temperatura”.
Por este motivo resulta necesario resaltar como una de las acciones más eficaces que han comprobado su efectividad el autofocal familiar y todas las acciones hacia el interior y los alrededores de las viviendas que comprende este, en el propósito de destruir los potenciales criaderos del mosquito, el cual busca perpetuar su especie.