El equipo de fisiatras y rehabilitadores del hospital pediátrico “Octavio de la Concepción y de la Pedraja” trabaja en importantes proyectos de investigación concebidos para mejorar la calidad de vida de los pequeños que acuden a este servicio.

Según la fisiatra Yunelis Pérez Concepción en las instalaciones del centro asistencial se ponen en práctica diversos proyectos gracias a los resultados investigativos de los profesionales que allí trabajan.

Uno de los proyectos más interesantes que centra la atención de los especialistas en rehabilitación es el relacionado con las posturas en que se acuestan desde el nacimiento a los bebés, ante la posible aparición de problemas en el desarrollo psicomotor, ya que según la también especialista en Medicina General Integral “en estos momentos tratamos de ponernos de acuerdo pediatras y fisiatras sobre cómo debemos acostar a los niños ya que nos percatamos en consultas que las posiciones decúbitos de acostado en los niños, ya sea de lado o bocarriba ocasiona problemas en el desarrollo psicomotor como debilidad muscular con hipotonía y flacidez, esto trae como consecuencia directa retraso en su desarrollo”.

A los pediatras les asiste razón, pues estas posturas son las recomendables para evitar accidentes que pueden llegar a ser fatales como las broncoaspiraciones, de ahí que los fisiatras proponen como estilo de ejercicio desde el momento del nacimiento acostar bocabajo al bebé cuando esté vacío, dos horas diarias, de esta manera se propiciarían los ejercicios naturales y fisiológicos necesarios para estar más tónico y no retrasarse en su desarrollo psicomotor.

De manera que durante el presente año se cuantifican los resultados de la aplicación de este protocolo en los pacientes ingresados y en consulta sobre los beneficios que trae esta postura, de ahí que se podrá demostrar numéricamente cuántos de los que se intervinieron desde el principio no presentaron problemas, en relación con aquellos que no recibieron estos ejercicios.

La recomendación es a acostar bocabajo al bebé desde el nacimiento, al menos dos horas diarias, cuando está vacío y bajo completa supervisión de un adulto para propiciar que se haga el rejuego necesario contra la gravedad. No obstante, se insiste en la vigilancia permanente del menor mientras se realice esta posición.