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Vacunas cubanas, en clave de Cinco.

Desde 1962 Cuba dispone de un programa nacional de inmunización, que ha permitido eliminar seis enfermedades (poliomielitis, difteria, sarampión, rubéola, parotiditis, y tosferina); así como a cuatro complicaciones o formas graves (meningitis tuberculosa, tétanos neonatal, meningitis postparotiditis y síndrome de rubéola congénita) y se mantienen controladas con tasas inferiores al 0,1 por 10 mil habitantes la meningitis por Haemophilus influenzae Tipo B, la Hepatitis B, la meningitis meningocócica y el tétanos.

De acuerdo con el esquema de vacunación cubano, en la Isla se suministran preparados que protegen a la población contra 13 enfermedades, incluida una pentavalente, cuyos cinco componentes se producen en el país.

De igual manera aquí existen otras experiencias en el logro de vacunas por diferentes tecnologías, como la antimeningocóccica para los serotipos B y C, antihepatitis B y anti Haemophilus influenzae Tipo B y sobre algunas de esas plataformas se ha trabajado para lograr los candidatos; sin embargo, lograr una vacuna no es tarea fácil y menos en medio de una pandemia, durante la cual los científicos cubanos han tratado de desarrollar una preventiva contra la COVID-19 en menos de ocho meses cuando investigarla requiere entre 10 y 15 años.

Sobre el particular afirma el epidemiólogo Osmany Ricardo Puig que “esta pequeña y bloqueada nación ha logrado cinco candidatos vacunales en desarrollo clínico: Soberana 01, Soberana 02, Abdala, Mambisa y Soberana Plus. Es, precisamente, Soberana 02 la primera desarrollada en América Latina en llegar a esta etapa. Esto sólo se logra en un país como el nuestro, donde la vida es lo más preciado del hombre y donde la industria biotecnológica cubana ha logrado un desarrollo exponencial y sostenible.

Aclaró el experto del Centro provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología que “existen, en estos momentos, 308 candidatos vacunales en el mundo, de ellos 81 en ensayos clínicos (EC) y 16 en Fase III. Soberana 02 y Abdala serían los candidatos 17 y 18 en comenzar la Fase III de EC a nivel mundial”
Una vez concluido ese paso y consecuente con la voluntad política de proteger la salud y la vida del pueblo, Cuba se ha propuesto vacunar contra la COVID-19 a su población antes de concluir el año 2021; sin embargo, hasta la fecha solo se ha vacunado el 2,13 por ciento de la población mundial.

 

El doctor Osmany Ricardo explica, además, que ahora las miles de dosis aplicadas durante las Fases I y II, demostraron una potente respuesta inmunológica y es por eso que la autoridad regulatoria del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) autorizó comenzar en este mes de marzo los EC en Fase III con Soberana O2 y Abdala, luego de que ambos inmunógenos demostraran su seguridad sin eventos adversos significativos durante los primeros estudios en voluntarios.

Así, el comienzo del EC Fase III de Soberana 02, abarca voluntarios comprendidos entre las edades de 19 – 80 años con criterios de inclusión y exclusión bien establecidos, al tiempo que se ha valorado realizar un EC con los candidatos vacunales en edades pediátricas, entre cinco y 18 años de edad, que puede se paralelo al resto de los ensayos que se realizan actualmente, pero mientras eso sucede hay que continuar cuidando a los niños de esta infección.

“Este tipo de estudio, además, de ser complejo y grande exige retos regulatorios y éticos y, constantemente, se evalúan por la entidad regulatoria nacional la organización del ensayo, la documentación y las buenas prácticas clínicas. Ha sido de vital importancia la alianza estratégica organizada entre muchas instituciones del país, tanto de BioCubaFarma como del Ministerio de Salud Pública (Minsap)”.

Por su parte, el resto de los candidatos se hallan en diferentes momentos de sus pruebas en humanos para comprobar la respuesta inmune y las reacciones adversas (Soberana 01, Mambisa, Soberana plus), pero también avanzan a un ritmo acelerado de una fase a otra.

De manera puntual, el máster en Enfermedades Infecciosas aclaró que después de la vacunación habrá que seguir cumpliendo con las actuales medidas sanitarias de protección personal hasta tanto no se vaya eliminando de manera paulatina la circulación del virus, por lo tanto la responsabilidad y el autocuidado continúan siendo claves en la prevención de la COVID-19.

“La medida central en las enfermedades de transmisión respiratoria es la vacunación, de ahí la seguridad que con las vacunas vamos a lograr reducir la incidencia, las formas graves y la letalidad de la pandemia, pero aún no está muy claro el impacto que habrá en la transmisión y es necesario ver la protección a largo plazo y cuánto dura la inmunidad. Por lo tanto, mientras llega la vacuna no podemos dejar de observar las otras medidas sanitarias que se exigen en tiempos de epidemia de COVID-19, como el uso obligatorio de nasobuco, el lavado de manos, la desinfección de superficies y el distanciamiento físico, que, además, son normas aplicables, también, a otras enfermedades transmisibles”, puntualizó.

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Lic. Karen Magda Peña Rodríguez
Editora Principal | Licenciada en Bibliotecología e Información Científica.

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