Cada 17 de abril en todo el orbe se dedican espacios a concientizar tanto a la comunidad científica como a la población sobre esta enfermedad desconocida por unos y padecida por otros que es la Hemofilia.

En esta fecha muchos llevan una prenda color rojo, como una manera de sensibilizar sobre este padecimiento genético que no permite que la sangre se coagule de la manera correcta, ante la ausencia de una proteína esencial denominada Factor de Coagulación y que según se ha estimado afecta en mayor medida al sexo masculino que al femenino.

Este día mundial, fijado en esta jornada con motivo del natalicio de Frank Schnabel, fundador de la Federación Mundial de este padecimiento, se realizan actividades para dar a conocer esa enfermedad que provoca hematomas, sangrados dentro de los músculos y articulaciones, con dificultad para la coagulación y que puede llegar a causar la muerte o provocar serias discapacidades.

Aunque la Hemofilia es una enfermedad compleja de tratar ante la imposibilidad de la sangre de coagularse, gracias al tratamiento continuo que reciben los niños diagnosticados en el hospital pediátrico holguinero Octavio de la Concepción de la Pedraja, pueden llevar una vida casi normal.

En el caso de Holguín, esta es una institución reconocida a nivel de país por la atención y tratamiento al paciente hemofílico, labor impulsada con la adquisición de equipamiento de alta tecnología hace algunos años.

En el territorio además gracias al Instituto de Hematología e Inmunología y a la firma suiza Novo Nordisk se logra el concentrado de Factor ocho de manera estable, uno de los tratamientos más efectivos aunque no la cura definitiva. Con la administración de este bulbo, en el momento de requerirlo cada paciente, les ayuda a que el organismo realice la coagulación.

La historia de los pacientes holguineros con Hemofilia es una historia de superación y esperanza, de esfuerzos de un sistema de salud que prioriza para los más pequeños la atención médica. Por eso la mejor forma de celebrar esta fecha es además de vestir de rojo, informarse más sobre esta enfermedad para que gane en reconocimiento social.