Abdala anda de hombro en hombro en miles y miles de cubanas y cubanos, pero luego se irá por el mundo con esa fuerza solidaria que la acompaña, al fin y al cabo, su nombre nació como merecido homenaje al más universal de los cubanos, de él aprendimos que patria es humanidad.
Uno a uno fueron llegando al consultorio número 25 del municipio capitalino de Boyeros, eran los primeros que recibirÃan allà la dosis inicial del candidato vacunal Abdala. Todos mayores, todos recibidos con amabilidad y con estrictas normas de distanciamiento e higiene. HabÃa en sus rostros luz de esperanza, certeza de que vendrán mejores dÃas después de más de un año de zozobra y temores. Es una escena que vivà y que se repite por estos dÃas en muchos rincones de Cuba.
Un acucioso cuestionario y una detenida toma de la tensión arterial, precede al pinchazo. Solo preguntas médicas, rigores bien cumplidos para evitar complicaciones o errores en un proceso tan delicado. Ninguna interrogante sobre seguros médicos, formas de pago, credos polÃticos o de alguna otra Ãndole. Nadie disminuido o relegado por su origen social, su raza o sus opiniones.
El proceso en general abarca algo más de una hora, suficiente para escuchar comentarios de los temas más diversos, tÃpico de los cubanos; sin embargo, la conversación gira alrededor de la vacuna, la gente ha venido voluntaria y llena de confianza. Hay mucha sapiencia en esas canas que brillan como plata con el sol matutino y esa sabidurÃa les basta para saber que dan un paso seguro y que la ciencia y la Revolución Cubana no los ha abandonado a su suerte, ni a ellos, ni a los suyos.
Algunos saben más, otros menos, sobre las interioridades del preparado que pronto entrará en su cuerpo. Conocen muy bien la tradición de seriedad y apego a la ética que caracteriza al sistema de Salud en la isla, están convencidos de que no median intereses de lucro o falsa publicidad de efectividad, para escalar mercados o garantizar jugosas ganancias de alguna empresa farmacéutica.
Asà es Cuba cuando se trata de la salud de los seres humanos. Ahora Abdala anda de hombro en hombro en miles y miles de cubanas y cubanos, pero luego se irá por el mundo con esa fuerza solidaria que la acompaña, al fin y al cabo, su nombre nació como merecido homenaje al más universal de los cubanos, de él aprendimos que patria es humanidad.
Siempre habrá quienes seguirán intentando difamar, tergiversar y desconocer el extraordinario esfuerzo que se ha hecho para disponer de nuestras propias vacunas, esos tal vez tengan como pago algunas monedas del abultado presupuesto destinado a fabricar mentiras contra su propio paÃs, pero la gran mayorÃa tendremos una recompensa mayor, esa que disfruté hoy rodeado de gente agradecida.